Alguna vez fui torcaza.
Paloma de libre vuelo.
Me alumbraba con la luna
que cuidaba mi desvelo.
Alguna vez, mariposa
me sentí al surcar el cielo.
Y embriagada de colores
no intuí mi propio duelo.
Alguna vez, cardo hiriente
supe ser y en desconsuelo
me quebré, de muerte herida
porque al herir, fui señuelo.
Hoy solo soy esa sombra
que deambula en el flagelo
de aquel olvido que es nada...
Gris, ayer, desierto, hielo.
Alba Rivero.
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