La casa.
(Guaroj)
¡Y pensar que era bonita en otro tiempo!
hoy pasé por su vereda destruída
y el recuerdo de unas voces juveniles
me coló una triste pena allí, en la esquina.
El jardín parece un árido desierto,
del murito en el que siempre se veían
los muchachos apilados conversando
solo quedan simples ruinas desteñidas.
¡Y pensar que era bonita en otro tiempo!
¡Me coló una triste pena allí, en la esquina!
Ya no aroman los jazmines en las tardes
aquel patio que guardara tantas risas.
Y en su puerta solo bloques ocultando
el horror de sus tragedias y agonías.
¡Ah!, la casa, en otro tiempo tan hermosa,
no hace mucho, la habitaba una familia
y había un joven, muy atento, laborioso
a quien tanto le apreciaban sus vecinas.
Ya no aroman los jazmines en las tardes,
el horror de sus tragedias y agonías.
Un mal día, hasta esta calle llegó el vicio,
y con tramas imponentes, ¿fue la vida?,
se encargó de derrumbar toda nobleza.
Fue matando con la droga, la sonrisa.
No está más allí aquel joven, sus amigos
no frecuentan ya esa esquina que maldita,
fue colando aquel veneno que a sus años
arrancó el divertimiento de sus vidas.
Un mal día, hasta esta calle llegó el vicio,
fue matando con la droga, la sonrisa.
Es por eso que hoy la esquina está tan triste,
que la casa está cerrada, negra y fría.
Un puñal que se incrustó en un cuerpo joven...
Una chica quedó rota, allí... Sin vida.
¡Y pensar que eran tan lindas hace un tiempo
esa casa , aquella chica y esas vidas!
¡Esas risas inocentes que brotaban
como flores en la noche amanecida!
Es por eso que hoy la esquina está tan triste:
Una chica quedó rota, allí... Sin vida.
Alba Rivero.
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