Poema para un "Dia del Niño"
Deseando una feliz vida a todos los niños del mundo, acabo de escribir algunas letras. No me ha nacido escribir solo linduras en un día como hoy, y aunque les deseo toda la felicidad del mundo a mis nietos, que los amo profundamente, hago extensivas mis palabras para todos los niños y niñas del planeta.
Quisiera pintarte un mundo
lleno de libres colores,
que se fundan al capricho
de tus bellas ilusiones.
Donde transites tranquilo
y no existan los dolores,
donde el "día de los niños"
fueran todos en albores.
Un mundo sin improperios,
sin distinción ni pobrezas,
con sendas que desarrollen
tu potencial de riquezas.
Quisiera dejarte un mundo
donde seria sea la empresa
de que no sufras por hambre
y el maltrato no te duela.
Donde la guerra que asola
sin cuartel a tu tibieza
fuera tan solo utopía
que ojalá nunca vivieras.
Pero así somos los grandes,
los insensatos mayores,
por afanes incongruentes
opacamos tus fulgores.
No es cierto que son los otros
los culpables de contienda,
somos todos , cada uno
los que armamos esta guerra.
Los que arrastramos orgullos,
enemistades eternas,
propiciando en las familias
separaciones y penas.
Y es así que te enseñamos,
que amar es solo quimera.
Perdón mi niño querido,
por socavar tu entereza,
por lastimar tu alma libre,
por no ser lo que tú anhelas
al nacer en esta tierra
todo candor y pureza.
Las armas que te legamos
deberían ser , la ciencia,
el saber, la tolerancia,
el arte en toda su cuenca,
las igualdades iguales,
el cariño, la nobleza.
Pero somos imperfectos,
y en ese frío que aqueja
a la pobreza del alma,
te sumamos a la pena,
la pena de hacerse grande
en un mundo que tropieza,
y por mucho que se agobie
no aprende de su torpeza.
Felices días, mis niños,
ojalá que se cumpliera
alguna vez la premisa
y para todos sea cierta.
Que llegue el pan a las manos
de tantos que hoy las contemplan,
vacías , sucias por fuera
y por adentro tan llenas.
¿Porqué no atrapar sus sueños,
porqué no hacer que suceda
la magia de alimentarlos
por adentro y por afuera?
Crecer es un desafío,
crecer es sufrir quimeras,
pero no puedo sentirme
contenta con esta empresa.
por eso es que desde el alma,
te escribo para que sepas
que me duele haber crecido
sin encontrar las respuestas.
Te quiero, niño del mundo,
despojado o con diadema,
que hasta los más consentidos
sé que sufren una pena.
Te quiero más no he sabido
cómo hacer tu vida plena,
he traicionado tu impulso
de crecer sin anatemas,
condenando tu frescura,
desestimando tu siembra,
esa que desde tu altura
tanto, tanto, nos enseña
pero que no hemos sabido
atesorar a consciencia.
Soy parte de la estructura
que sin pudor te condena
y la tristeza en mi alma
se funde con la vergüenza.
Hoy quiero hacerte un regalo
sin comerciar por monedas:
Te entrego de mis entrañas
este pedido que cuela
por cada poro en mi cuerpo
y cada célula que piensa:
¡Perdóname niño mío,
por ser parte de esta afrenta!
Alba Rivero
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