Cuando se lucha con esta tremenda palabra; Alzheimer.
Carta de una madre a sus hijos
Hijo mío , cuando llores
porque una pena te embarga
recuerda que eres humano,
no te avergüencen tus lágrimas.
Hija, madre, compañera,
si tu futuro se empaña
deja pasar a la noche
delante de ella está el alba.
No olviden que el horizonte
viene a ser como el mañana
siempre trae un nuevo sueño
y alguna meta más clara.
Aprendan a ser de barro
que resiste hasta la fragua.
Aquí no habré de mentirles,
vivir es una baraja.
La pócima de la suerte
no existe, hay que trabajarla,
empero si la fortuna
rauda a su puerta golpeara,
abrácenla sin temores,
la vida hay que disfrutarla.
Agradezcan a la tierra
porque somos tierra y agua
arcilla maleable y útil
sin odios, credos ni raza.
Si alguna fe que profesen
trae consigo desgracia,
recuerden que en el camino
todo con creces, se paga.
Junten el alma y el seso
porque cuando se acompañan
se inhabilita el orgullo
para sentir que se ama.
Que no suenen a consejos
estas sencillas palabras
son solamente experiencias
que ya fueron caminadas.
Es la existencia compleja
cuando el humano se apaga,
y yo me estoy apagando
aunque del mundo no parta.
Partiré llegado el día,
antes habrá una mañana
que me hallará suspendida
en el lucero del alba.
Por eso quiero dejarles
todo este amor que me gana
ahora que en mi memoria
llevo grabadas sus caras.
Después no podré decirles
ni éstas ni otras palabras
el amor se hará paloma
y volará con mi alma.
Alba Rivero.
martes, 8 de abril de 2025
Carta de una madre a sus hijos
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